Sentada en su casapuerta
Sentada en su casapuerta
a Carmela vi llorar
con setenta primaveras
aquellas lágrimas brillaban
como el cristal
y sin querer
al pasar cerca de ella
pude escuchar sus gemidos
y el llanto de aquella madre
aún resuena en mis oídos
porque esa voz temblorosa
exclamaba al Dios divino:
qué puedo hacer
gritaba la mujer
para hacerle entender
que olvide ya a ese hombre
qué puedo hacer
si no me quiere oír
si está ciega por él
si por más que le pega
mil veces lo perdona
mil veces lo venera
su corazón
jamás escucha mis palabras
solo atiende a las mentiras
de ese cínico canalla
y aunque al final
ella siempre me dice
que él ya no le amenaza
yo sé que se hijo de puta
cualquier día me la mata.
14:46
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Página creada el 26 de Septiembre de 2008